Uno de los trastornos más frecuentes actualmente entre nuestros hijos es el de la agresividad infantil en Pontevedra. Muchos psicólogos coinciden en que es normal que un niño hasta los 3 años pueda morder a sus compañeros de guardería. Sin embargo, también inciden en la necesidad de identificar y corregir dichos comportamientos para evitar posibles consecuencias negativas en el futuro, pues puede llevar al niño a un estado de inseguridad y de aislamiento debido al rechazo de los demás. Por esto, aquí van algunos consejos para paliar este comportamiento.
El papel responsable principal se encuentra en la figura de los padres. Cuando nos avisen sus profesores de que nuestro hijo puede estar desarrollando una actitud agresiva hacia sus compañeros, debemos de cuestionar y prestar especial atención en nuestra forma de socializar con los demás y con nuestro hijo. Uno de los puntos clave es evitar que continúe con la violencia: coletillas como "si ellos te pegan devuelve el golpe" no solucionan nada y aumentan el conflicto. Hay que explicarle que esas conductas no son buenas y que hay que terminar con ellas. A partir de aquí hay que guiarle y enseñarle métodos de comportamiento alternativos, elogiando aquellos correctos, recriminando los incorrectos. Si aún tomando estas medidas nuestro hijo sigue siendo agresivo, habría que acudir a un especialista en agresividad infantil en Pontevedra.
En definitiva, normalmente la agresividad de nuestro hijo viene determinada por lo que ve en casa, ya sea en sus padres o en otros medios, y hay que recriminarla cuanto antes. Si aún así no funciona, hay que acudir a una clínica de confianza, como la clínica Vicente Gómez Barreiro.